Motorizada por las carencias propias de Racing y las virtudes de Bucaramanga, la Academia pasó de la euforia del debut en la Copa Libertadores a la decepción por la derrota en casa. El equipo argentino perdió liderazgo en el grupo E y dejó muchas dudas sobre su futuro en el torneo. Pese al gol en tiempo adicional, Racing no logró sobreponerse al buen desempeño del rival colombiano, que aprovechó las debilidades locales y se impuso por 2-1. Sin su público en las tribunas debido a una sanción, el conjunto dirigido por Gustavo Costas lució deslucido y desorganizado. Bucaramanga celebró un triunfo inesperado y Racing desperdició la oportunidad de demostrar su potencial como aspirante al título.